Desde el Domingo de Ramos no dejo de mirar al cielo, a veces miro para poder adivinar el tiempo que va a hacer, otras veces miro para buscar tu mirada, esa que me ayude a salir del pozo en el que me encuentro y en el que yo misma no se como he podido entrar, pero bueno eso queda para ti y para mi, que sabes que ultimamente te estoy dando mucho trabajo...
Estoy con el estómago encogido por no saber con certeza el tiempo que hará este bendito Sabado Santo, por no saber si tendré el privilegio de portarte en mis hombros como sexto año consecutivo, solo sé que quiero mecerte, quiero contemplarte donde tú solo sabes y que todos los años tengo ese momento en el que puedo contemplar desde el respiradero tu cuerpo inerte sobre la camilla reflejado en aquel espejo. Este año es raro por muchos motivos, de los cuales no voy a exponer aqui porque tu los sabes perfectamente, no se como lo voy a afrontar, pero sé que me vas a echar esa manilla para que pueda seguir adelante, aunque sabes que hay veces que la cuesta se me hace muy empinada, solo te pido que no llueva, quiero compartir otro año más mi alma durante todo el recorrido contigo y poder encontrar la paz.
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